Promesas de Gran Valor

Promesas de Gran Valor

“Me regocijo en tu promesa como quien encuentra un gran botín”. Salmo 119:162

No hay nada más valioso que una palabra de Dios. No hay palabra de Dios más preciosa que una promesa.

Si no valora las promesas de Dios, es probable que nunca las haya llevado “al banco del cielo para hacer su retiro”.

Cuando aprenda a invocar las promesas de Dios y haga retiros del banco del cielo, comenzará a reconocer cuán valiosas, costosas, preciosas y poderosas son realmente las promesas.

Los cristianos saludables, como David, se regocijan en las promesas de Dios.

Padre amoroso, valoro tus grandes y preciosas promesas que me hacen gozar aún más en tu bondad.

AÑO EN FUEGO
© Fred A. Hartley, III
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La Biblia estándar inglesa (ESV) se usa normalmente, a menos que se indique lo contrario.

Este encuentro diario con Cristo, iniciador de fuego, no pretende reemplazar su lectura diaria de la Biblia y su tiempo de oración, sino más bien motivarlo a pasar más tiempo en Su presencia.
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