EL AVIVAMIENTO TRAE UNIDAD

EL AVIVAMIENTO TRAE UNIDAD
 
Cuando llega el avivamiento a la iglesia, hay unidad entre los creyentes. A medida que los creyentes son limpiados de sus pecados, se los confiesan unos a otros y se perdonan unos a otros. Hay una nueva transparencia que se produce en nuestras relaciones mutuas. Podemos ser nosotros mismos y no tener que proyectar una versión de nosotros mismos que sea falsa. Tenemos una verdadera comunidad y nos amamos unos a otros.

Esto es lo que Jesús oró por nosotros antes de morir en la cruz. Él oró en Juan 17:11: “Y yo ya no estoy en el mundo; más estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros”.

Esto es lo que sucedió en la iglesia primitiva inmediatamente después de Pentecostés. Hechos 2:42 lo describe de esta manera: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”. En 1 Corintios 12 se describe a la iglesia como un cuerpo con muchos miembros y Cristo como la cabeza. “…pero Dios ordeno el cuerpo… para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros…si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él; y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”. 1 Corintios 12:24-26 Esta es una unidad sobrenatural que Jesús trae a la iglesia a través del avivamiento.

¡Señor Jesús, anhelamos ver un avivamiento en nuestras iglesias! Queremos vivir en el amor unos por otros como tú has deseado. Gracias por la unidad que nos das a través de tu Espíritu que habita en nosotros. Gracias por la unidad de la Trinidad que sirve de ejemplo de la unidad que tienes para nosotros.

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