AVIVAMIENTO PERSONAL

AVIVAMIENTO PERSONAL

Creo firmemente que el Señor anhela darnos un avivamiento a nivel personal, familiar y de nuestra ciudad…para ello he seleccionado tres diferentes pasajes de la Biblia para ilustrarlo.

Avivamiento Personal…casi siempre que voy a compartir un tema en particular me gusta buscar la definición de dicho tema, así que comencemos por definir que es Avivamiento: secularmente hablando, es incremento de la intensidad, la fuerza o la vivacidad de algo.

Pero cuando hablamos de un Avivamiento Cristiano se refiere a un despertar espiritual que se da en personas o en un determinado lugar, y pienso que un buen ejemplo de alguien que tuvo un tremendo avivamiento espiritual y personal fue el apóstol Pedro, uno de los once que en el Getsemaní no pudo orar por una hora…que se quedó dormido, trato de solucionar el arresto de su Señor con la espada…luego huyo, se alejó y termino negándolo tres veces.

¿Cómo fue que el apóstol Pedro recibió ese avivamiento personal que tanto necesitaba?
Quisiera sugerirles tres cosas básicas que el apóstol Pedro hizo y que nosotros también podemos hacer para tener un avivamiento personal. Primeramente, tuvo que haber un Profundo Arrepentimiento en Su Presencia…En Juan 21:15-23 se nos dice que hubo una conversación del Señor Jesús con Pedro, quien después de haberle negado tres veces, es confrontado tres veces con la misma pregunta: Pedro ¿me amas?

Luego le es dado un mandato y una promesa para lo cual se requeriría Completa Obediencia…Hechos 1:4-5 se les dijo que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre…el bautismo del Espíritu Santo…el apóstol Pedro obedece radicalmente, porque no regresa a su familia o a su antigua profesión, sino que se va al Aposento Alto a orar por 10 días hasta recibir la promesa del Padre (Hechos 1:13-14).

En tercer lugar, recibe la Llenura del Espíritu Santo y es completamente avivado y su vida no sería la misma desde ese momento en adelante (Hechos 2:4; 4:8).

Aplicación: Al meditar sobre este tema hoy, debiéramos preguntarnos ¿de qué debo arrepentirme en su Presencia? ¿qué es lo que Dios me está pidiendo a lo cual debo obedecer completamente? Y por supuesto deberíamos arrodillarnos y postrarnos si fuera necesario, para rogarle al Señor que nos llene de Su Santo Espíritu.

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