Envíame
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Heme aquí, envíame a mi. Isaías 6: 8
Virtualmente cada encuentro con la presencia manifiesta de Dios registrada en la Biblia resulta en dirigirse a las naciones. Apenas Isaías vio al Señor enaltecido y exaltado, se le encargó su ministerio profético.
Es muy fácil suponer que cuando nos encontramos con la presencia manifiesta de Cristo, todo se trata de nosotros. Si bien ciertamente nos beneficiamos de cada encuentro, debemos evitar convertirnos en adictos al encuentro auto-absorbente. Todo es acerca de Cristo; eso es verdad. No es todo sobre nosotros.
Cuando Isaías se encontró con la santidad de Dios, fue llevado primero en arrepentimiento profundo, "¡Ay de mí, soy un hombre de labios inmundos!" Luego fue comisionado con una vida de servicio, "Heme aquí, envíame a mí."
Todos los llamados de Dios en la Biblia recibieron su llamado en un encuentro con la presencia manifiesta de Dios. Es en ese encuentro que descubrimos quiénes somos y para qué estamos aquí.
Si bien un encuentro con Dios no se trata de nosotros, ese encuentro revela quiénes somos en realidad y para qué estamos aquí.
Padre Amado, hoy proclamo, 'Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, que era, y es, y está por venir.' Te adoro en el esplendor de Tu santidad. Manifiesta tu presencia a mí y a través de mí y activa mi llamamiento, por el amor de Jesucristo.
¡Oremos Por Favor!
Estamos pidiéndole a Dios que el resto de los países ds estados de EE.UU. reciban la formación de la Escuela de Oración. Ore con nosotros hoy el mundo y lopor Mauritius y Iowa.
YEAR ON FIRE
© Fred A. Hartley, III
All rights reserved
Unless otherwise indicated, the English Standard Bible (ESV) is used.
Heme aquí, envíame a mi. Isaías 6: 8
Virtualmente cada encuentro con la presencia manifiesta de Dios registrada en la Biblia resulta en dirigirse a las naciones. Apenas Isaías vio al Señor enaltecido y exaltado, se le encargó su ministerio profético.
Es muy fácil suponer que cuando nos encontramos con la presencia manifiesta de Cristo, todo se trata de nosotros. Si bien ciertamente nos beneficiamos de cada encuentro, debemos evitar convertirnos en adictos al encuentro auto-absorbente. Todo es acerca de Cristo; eso es verdad. No es todo sobre nosotros.
Cuando Isaías se encontró con la santidad de Dios, fue llevado primero en arrepentimiento profundo, "¡Ay de mí, soy un hombre de labios inmundos!" Luego fue comisionado con una vida de servicio, "Heme aquí, envíame a mí."
Todos los llamados de Dios en la Biblia recibieron su llamado en un encuentro con la presencia manifiesta de Dios. Es en ese encuentro que descubrimos quiénes somos y para qué estamos aquí.
Si bien un encuentro con Dios no se trata de nosotros, ese encuentro revela quiénes somos en realidad y para qué estamos aquí.
Padre Amado, hoy proclamo, 'Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, que era, y es, y está por venir.' Te adoro en el esplendor de Tu santidad. Manifiesta tu presencia a mí y a través de mí y activa mi llamamiento, por el amor de Jesucristo.
¡Oremos Por Favor!
Estamos pidiéndole a Dios que el resto de los países ds estados de EE.UU. reciban la formación de la Escuela de Oración. Ore con nosotros hoy el mundo y lopor Mauritius y Iowa.
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